GEMMA MENGUAL: “EL RETO DE RÍO 2016 MERECÍA LA PENA PARA VOLVER”
A una leyenda de la natación sincronizada como Gemma Mengual no le hacía falta demostrar nada más, pero como ella dice, le quedaba dentro el gusanillo de la competición y ha regresado para competir en la que será su cuarta Olimpiada: “Vuelvo por el reto en sí. Supongo que cuando lo dejé me quedó la espinita. No es por ganar el oro olímpico. Yo de hecho quería haber estado en Londres, al final no estuve y supongo que me quedó esa espina. El reto de Río merecía la pena. El año pasado ya me animé con el dúo mixto; me vi que todavía me quedaban fuerzas, que todavía me sentía a gusto en el agua nadando y compitiendo. Me propusieron este reto y me lo pensé un poco, me envalentoné y aquí estoy”. Lo dice como si pareciera fácil. Las horas de duro entrenamiento que le dedica a la sincro ahora las tiene que compatibilizar con dos niños pequeños y un restaurante que abrió. Una “mamá coraje” del deporte. Su propia familia le animó a volver: “Mi familia me decía que tenía que aprovechar la ocasión. Al principio yo decía “Es que no, es que no, es una locura”. Lo del dúo mixto…igual, pero esto ¡es muy grande! Volver a ir a unos Juegos, tener 39 años, va a ser un año durísimo. Me decían “Tú puedes, tú puedes”. Yo pensaba por dentro “Sí, ya lo sé que puedo, pero…ay, no sé qué hacer”. Tenía mis dudas. Pero como todo mi entorno me animó y me apoyó, pues..” Así de natural explica la plurimedallista su vuelta a las piscinas.
En realidad, nunca abandonó la sincro. A Londres fue como parte del equipo técnico. Mengual seguía entrenando a las chicas y se tiraba al agua sin problemas para explicarlas lo que fuera necesario. En los Mundiales de Kazán de 2015 apareció una prueba nueva: el dúo mixto, donde participaron en su parte femenina muchas “viejas glorias”. Gemma reconoce que ese dúo mixto de Kazán fue el detonante de su vuelta. “Fue lo que me empujó, porque yo lo había dejado completamente y como todavía me quedaba ese gusanillo y me veía todavía bien, capaz. Me tiraba al agua y las sensaciones que tenía no eran malas, entonces con lo del dúo mixto -que también me lo pensé- me pareció una cosa divertida, diferente, me animé. Lo probé, competí con Pau [Ribas] en Kazán. Fue una experiencia única y divertidísima, histórica, además y eso me dio otra vez las alas para volver a estar en activo”.
En Río estará en la única prueba para la que España se ha clasificado, la de dúo, junto a Ona Carbonell, con la que llegó a coincidir en el equipo cuando una casi acababa su carrera y la otra casi empezaba: “Vamos a demostrar lo que sabemos hacer y ya se verá lo que pasa al final. Hay cosas que no dependen tanto de nosotras”.
Mengual estuvo recordando con Historias de los Juegos sus tres experiencias olímpicas previas, la primera de las cuales se remonta a 16 años atrás en Sidney: “Los tres Juegos en los que he estado han sido muy diferentes: el primero era la ilusión del principiante que va a unos Juegos, que flipa con todo. Fue una experiencia única. Estuve con Paola [Tirados]. La recuerdo con el equipo, que nos clasificamos y fue algo único. Lo recuerdo con cariño”.
Para Atenas 2004 ya iba con un bagaje de medallas en Mundiales y Europeos que hacían presagiar pillar metal, pero…: “Los segundos fueron un poco más amargos porque fuimos a luchar (con Ona) y fue una competición en la que estuvimos rozando la medalla. Era muy posible y cambiaba mucho respecto a la Olimpiada anterior, que íbamos a hacer final y aquí ya estábamos intentando lograr una medalla”.
El panorama cambió en Pekín 2008:“Las terceras fueron la culminación de todos esos años de trabajo en los que ya veíamos que la medalla era posible. Estábamos como favoritas, junto a Rusia y China y al final conseguimos esas medallas [plata en dúo y equipo] y las disfrutamos. La competición fue muy emocionante, fue una competición que disfrutas”.
Entre medias y hasta que se retiró Gemma, apodada con todo merecimiento La Sirena de Barcelona, su colección de medallas en competiciones internacionales no ha dejado de crecer. Ha sido y es, claramente, un referente para las nadadoras que se atreven con esta difícil modalidad: “no soy consciente de eso. Lo sé porque me lo dicen, pero no me paro a pensarlo. Ahora cuando me lo comentan me sorprende y todo”, nos dijo entre risas. Ahora le queda un reto, quién sabe si el último: medalla en Río 2016. Sólo le falta el oro olímpico.