LA TRIPLISTA VENEZOLANA YULIMAR ROJAS: “BUSCO EL PODIO EN RÍO”
Veinte años. Es la edad de la mayor esperanza venezolana para Río 2016. Sigue los pasos de Asnoldo Devonish Romero, primer medallista de su país –en su caso, bronce en los Juegos de Helsinki 52- en su misma prueba, el triple salto. Yulimar Rojas aspira a superar el metal de esa medalla, pues en poco tiempo se ha convertido en una de las favoritas para el título. Sería la 13ª medalla olímpica venezolana y la tercera en atletismo.
Yulimar es uno de esos claros ejemplos de estrella deportiva inesperada. De familia modesta, hasta hace relativamente poco vivía en un ranchito con un techo que la atleta temía le cayera encima cuando llovía. Su progresión, que ha sido tremenda en los últimos tiempos, se vio sin embargo cortada en su niñez por la negativa de su padre a firmar los permisos para que pudiera viajar al extranjero.
Primero le atrajo el voleibol, seguramente admiradora de su equipo nacional cuando éste se clasificó para los Juegos de Pekín 2008. Se presentó de hecho en su polideportivo más cercano. La ausencia de ese deporte la ganó para el atletismo, para el que tiene unas cualidades innatas, especialmente en los saltos. Yulimar ha practicado los tres (de altura, longitud y triple) consiguiendo buenas marcas y récords nacionales en todos, pero justo ha ido a ser el último que descubrió, el triple salto, el que le está dando las mayoras alegrías: “Cuando incorporé el tercero de los saltos para mí, el triple, me fue muy bien y decidí cambiarme a él porque me siento mejor como triplista y porque tengo mejores condiciones para este tipo de salto. Mis mejores marcas han sido en triple. Creo que es mi prueba” declaraba Rojas a Rincón Olímpico tras una excelente prueba disputada en Madrid.
¡Y tanto que es su prueba! Empezó llamando a la puerta con marcas más que considerables de 14.69 y 14.63 m, ambas en Madrid, donde ganó. Eso fue solo un comienzo fulgurante: firma con la firma Nike, entrada con medalla en la Diamond League (plata en la prueba disputada en Doha) y el colofón ni más ni menos que el oro en el Mundial de pista cubierta en Portland. El primer atleta de su país campeón del mundo.
Desde sus azorados comienzos todo ha ido como miel sobre hojuelas: ¿que su ídolo era Iván Pedroso? Pues consiguió tenerlo de entrenador. La forma fue un tanto rocambolesca. El mito cubano recibió un mensaje vía Facebook por parte de la sudamericana y, ante su sorpresa, no solo le contestó, sino que le confesó que estaba siguiendo con interés su carrera. Con él se ha estado preparando para Río en España: “Hemos estado trabajando en Guadalajara tres meses. Las cosas van saliendo muy bien”.
Su concentración hacia los Juegos de Río es máxima: “llevo cuatro años en la selección y un año preparándome para los Juegos Olímpicos. Sólo llevo un año y medio saltando triple. En los Panamericanos aún hice salto de longitud, pero desde que logré la mínima olímpica en triple no me merece la pena esforzarme en otras pruebas”. Conseguir, tan joven y con tanto futuro por delante, la marca para Río “en la primera prueba clasificatoria me hace muy feliz. Todo sale como esperaba”.
Yulimar, incluso antes de convertirse en campeona del mundo ya apuntaba alto. Lo tiene claro esta caraqueña criada en Anzoátegui: “Aspiro a ser finalista y luego enfocarme en la final buscando el podio”. Huelga decir que una medalla suya tendría una trascendencia tremenda en su país, tan ávido de éxitos deportivos: “Aspiro a que mi medalla dé repercusión a mi país. Para Venezuela el deporte es muy importante y, por supuesto, una medalla olímpica. Sería un orgullo para mí el competir por mi país y darle una medalla olímpica”.
Yulimar Rojas se siente apoyada, aun perteneciendo a un país que está pasando penurias económicas: “Hasta ahora han estado pendientes de mi preparación para los Juegos Olímpicos”. Ya está en la élite. Ha tenido que trabajar duro para limar sus carencias técnicas de sus comienzos. Sus características naturales están de su parte. Ahora solo le queda corroborar en Río su curva ascendente. Ya le tienen miedo sus rivales. Mientras, ella ya es feliz: “Ya se cumplió un sueño siendo olímpica, algo que siempre he querido alcanzar. Desde los 14 años llevo con la meta olímpica y que mi gente me vea participar en unos Juegos Olímpicos”.