ÁNGEL LÓPEZ, CAPITÁN DE LOS LEONES: “NUESTRA CLAVE ES LA UNIDAD Y EL CREER EN NOSOTROS”
El rugby, ausente casi una centuria de los Juegos Olímpicos, vuelve en su versión pequeña (rugby a 7) pero a lo grande, al menos para España, que ha conseguido clasificar a sus selecciones masculina y femenina. Rincón Olímpico charló con Ángel López, uno de los capitanes de Los Leones. Era obligado preguntarle por ese pase a Río que consiguieron tan in extremis y cuya emocionada reacción dio la vuelta al mundo: “No sabría describir cómo la vivimos. Fue un día espectacular, donde jugamos tres partidos. Ya el ensayo de las semifinales de Igor fue a tiempo cumplido y tampoco ya nos creíamos que llegábamos a la final. Y luego el ensayo de la final de Ignacio es el reflejo de todo el trabajo que hicimos. Es una jugada muy buena de rugby. Lo vivimos con mucha ilusión. Es el momento en que te derrumbas, te vienen todas las emociones por dentro, te vienen escalofríos y te pones a llorar porque refleja tanto ese ensayo, ¡tanto trabajo! y conseguir materializarlo en poner el balón en el suelo es un sueño para todos y para todo el rugby español”.
Aún resuenan los ecos de ese inesperado pase olímpico. Por el resultado y por cómo se consiguió: “El partido empezamos ganando 2-0 y luego nos remontaron, hasta ponernos por detrás. A falta de un minuto teníamos el balón, entonces podíamos elegir o jugarlo o tirarlo por banda. Decidimos perder un poquito de tiempo y decir que teníamos una jugada. Con esa jugada fuimos al final del partido y del torneo y salió bien. Nos la jugamos a una oportunidad, y conseguimos convertirlo. Teníamos mucha fe en nosotros mismos y en lo que podíamos hacer”.
Cuando Ángel y sus compañeros empezaron a practicar rugby aún no se podían imaginar que podrían llegar a ser olímpicos entrenando ese deporte que tanto les apasiona. Porque hasta Londres 2012 no se aseguró que llegaría a formar parte del calendario de los Juegos: “Llevo practicando este deporte mucho antes de que se supiera que iba a ser olímpico. Luego salió el tema de que parecía que iba a salir para Río pero no se sabía muy bien y desde Londres llevamos cuatro años de preparación. Tampoco lo pensamos mucho al principio, sino más este último año y medio, y al final salió”.
Mucho trabajo que podría haber quedado en “nada” si no hubieran ganado a Samoa en la final del preolímpico, pero el capitán de España no lo ve como “tiempo y esfuerzo perdidos”:“Yo siempre digo que el camino es tan importante como el resultado. No podemos plantearnos un objetivo porque si no, no se disfruta. Son muchos años, muchos entrenamientos y es que es día a día. Es todos los días mañana y tarde entrenando y si te planteas todo como un objetivo y el objetivo te sale mal no se puede disfrutar del deporte. Hay que vivirlo como un camino, como todos los torneos que hemos vivido juntos, los entrenamientos, todo el tiempo que hemos compartido con los compañeros para poder decir hoy que estamos muy contentos y que también estaríamos muy contentos si no lo hubiéramos conseguido”.
Las palabras de Ángel López reflejan el espíritu de este deporte tan especial y el del equipo español en particular: “[Nuestra clave es] el equipo, la unidad. Si habéis visto las imágenes de antes del himno, que estábamos los dos equipos hay una diferencia física abismal [se refiere a Samoa] y es un deporte de combate pero, bueno, en creer, en jugar como un equipo y en anticipar todas las jugadas, precisamente por ser un equipo, es nuestro secreto”. Relacionado con ello ha quedado ya para la pequeña historia del deporte un gesto del combinado español que dio la vuelta al mundo, cuando les pilló el ciclón Winston en Fiyi en plena preparación para el preolímpico y los jugadores se pusieron a ayudar a la población local. Nos lo cuenta en primera persona uno de sus protagonistas: “Bueno, eso ha quedado muy heroico, el tema de los jugadores de rugby llenando sacos de arena para contener el ciclón, pero la realidad es que los trabajadores del hotel estaban allí ya trabajando llenando sacos. Teníamos un torneo en el que no se presentó nadie, claro, por el ciclón. Volvimos de entrenar, vimos que estaban trabajando y les ayudamos. Hicimos un dique que sí que es verdad que trabajamos mucho y duro, pero que se lo llevó la primera ola que vino y tampoco pudo ser de mucha utilidad. Fue iniciativa nuestra. Llegamos doce y les agilizamos el trabajo muchísimo. Les hubiera llevado a lo mejor horas y nosotros en una hora lo limpiamos. Es un reflejo de los valores del rugby, el tema del equipo, de la humildad, de ayudar a los demás”.
Tras la clasificación para Río, que sí podría clasificarse de heroica, han estado antes de partir para Brasil “muy concentrados, entrenando mucho. Yo me esperaba mucho más de relax pero de eso nada, estamos pegándonos unas palizas para llegar bien a Río con el objetivo de estar bien físicamente allí, de no relajarnos y volar allí”. Y es que allí estarán “los doce mejores equipos del mundo (bueno, está Brasil, que no lo es) Son equipos a los que algunos les hemos ganado algunas veces, así que si nos sale un buen partido y tenemos la concentración necesaria, podemos dar otro campanazo y seguir avanzando. No pienso en medallas. Tampoco me visualizaba ganando el preolímpico y nos fue muy bien. Yo creo que nadie se visualizaba ni después del partido, sólo pensábamos en el partido, en lo que teníamos que hacer y en nosotros mismos. Ahora no estamos pensando ni en diploma ni en medalla ni en nada, solo en adaptarnos y en el primer partido”. Los Leones, pese a todo, esperan volver a rugir, esta vez en tierras brasileñas.
