ONA CARBONELL: “SIN MIEDO PERO CON RESPETO EN LOS JUEGOS DE RÍO. ¡VAMOS A POR LA MEDALLA!”

Aunque en Río 2016 sólo competirá en el dúo –junto a Gemma Mengual-, ya que el conjunto (que logró el bronce en Londres)  no pudo clasificarse tras una caída de su líder en un entrenamiento del preolímpico, Ona Carbonell va dispuesta a aumentar su cupo de medallas olímpicas. Aparte del citado bronce en los últimos Juegos con el conjunto, en Londres consiguió la plata en dúo junto a Andrea Fuentes. Los del 2012 fueron sus primeros Juegos: “Viví mi experiencia con muchísima ilusión; muy observadora de todo, observando la villa olímpica, las piscinas, la gente…porque eso al final es algo muy bonito. Fuimos a por ello y conseguimos lo que queríamos. Nosotras tampoco es que disfrutáramos de la villa olímpica porque estábamos todo el día en el agua”.

Si superar a las rivales ya es duro pocos saben que Ona ha de superar el “mal del astronauta”, como el resto de sus compañeras –debido a la enorme cantidad de horas que pasa en ingravidez bajo el agua-, pero además la barcelonesa sufre en especial el frío del agua: “El frío es mi enemigo, mi adversidad más grande. Llego a estar nueve horas al día con tembleques”. Y es que, como nos explica la nadadora: “a la hora y media de estar dentro del agua baja la temperatura corporal. Pero he entendido que tengo que convivir con ello, porque el frío seguirá a mi lado”. Sin embargo, reconoce que una dificultad para ella más grande que esta es la aceptación: la de quedarse fuera de la que pudo haber sido su primera experiencia olímpica, en Pekín: “No ir a Pekín fue muy, muy duro para mí, pero sí que es verdad que cuando lo superas te levantas fuerte y con mucha energía dentro. En aquel momento no ves la parte positiva pero si luego ya has ido a Río y has ganado dos medallas te das cuentas de que suerte que te levantaste. Me sentí muy mal al no ir”.

Ona ha llegado a contar las horas pasadas dentro del agua, que suman cuatro años. Combate los males de la ingravidez –que le impide pasar más de una hora seguida de pie- saltando a la comba para impactar contra el suelo.

Es una trabajadora nata. En los Mundiales celebrados en 2013 en su ciudad participó ni más ni menos que en catorce competiciones, logrando medalla en todas y cada una de ellas –siete preseas-.Valora a su equipo tanto como su propio trabajo: “Mi deseo es que feliciten a nuestros entrenadores”.

La posible presión que pueda sentir por la tradición de éxito español en su deporte no es tal:“Representamos a millones de personas. Siento más responsabilidad que placer. Sufrir para disfrutar, ese es mi lema”. Su deporte, que depende de las puntuaciones de un jurado, va dando vaivenes en la clasificación en cuanto varía el peso de los países según pasan los años. Ella es consciente de ello: “Esto pasa y seguirá pasando porque los equipos tienen cambios generacionales. EE.UU. y Japón hace muchos años estaban arriba y sufrieron durante varios años un cambio generacional y bajó. Esto es lo que tiene el deporte. Las puntuaciones han cambiado porque el reglamento de la sincro ha cambiado. Ahora se puntúa más la técnica, hay un juez para cada elemento técnico y el resto de las puntuaciones en general han bajado”. Y añade: “Estamos en una etapa muy difícil; los buenos equipos son los que saben levantarse. Creo en un liderazgo deportivo que sobre todo promueva el diálogo. Necesito que haya comunicación constante”.

Participa en el proceso en su totalidad, pues hasta diseña los bañadores (es estudiante de diseño). A Río va “con muchísimas ganas e ilusión. No tengo miedo, sino respeto, ya que hay cosas que no puedo controlar”. Parece tener las cosas claras: “Sólo poniéndote grandes retos puedes conseguirlos. Obviamente hay riesgos, pero ésta es la grandeza del deporte, así que, ¡vamos a por la medalla!”.  En Río “bailará” bajo el agua junto a Mengual el Concierto de Aranjuez, incluyendo los elementos técnicos más difíciles que se han ejecutado hasta ahora en competición y, por supuesto, sin descuidar la impresión artística que tanto ha caracterizado siempre a la sincro española.