EL PRIMER RECUERDO OLÍMPICO DE LOS CAMPEONES DEL DEPORTE II

Si a nosotros, viles mortales, seguidores del deporte y de su máxima expresión, los Juegos Olímpicos, nos han marcado ciertos momentos, como el primero, imagínense a los deportistas de élite, que dedican su vida a llegar a ser olímpicos. Seguimos recabando cuál fue el primer recuerdo olímpico de nuestros ídolos sobre el tartán, el parquet, en el agua, etcétera. La constante, por edad y por sentimentalismo suele ser una: los Juegos de Barcelona 92. Los que marcaron a más de una generación de españoles –y no solo-.

Los del 92 marcaron a una de nuestras máximas estrellas actuales, plata en Londres 2012 y con serias aspiraciones en los inminentes Juegos de Río: el triatleta Javier Gómez Noya. Menos mal que no le pillaron en edad activa dichos Juegos, porque no habría podido ser olímpico, al introducirse el triatlón en los de Sidney 2000. El reciente Premio Princesa de Asturias comentó a Historias de los Juegos: “Mi primer recuerdo olímpico es de Barcelona 92. Tengo la imagen de Fermín Cacho en la recta del 1.500 mirando para atrás y ganando esa medalla de oro que me marcó”.

Pues le preguntamos al propio  Fermín Cacho, quien tras pensar por unos segundos responde: “Los Ángeles en el 84. Vi muchas pruebas, pero sobre todo el atletismo y la medalla de Abascal”.

Barcelona 92 sigue en el ambiente: a dos de las mejores deportistas femeninas que ha dado España: Ruth Beitia y Gemma Mengual –y que, afortunadamente siguen en activo y esperando obtener medallas este mismo año en Río 2016- los Juegos de casa les pillaron de niñas y ambas los vivieron con vínculos personales pero de muy distinta manera. La saltadora cántabra a través de su progenitor: “Mi padre estuvo como juez de atletismo en Barcelona 92 y cuando volvió le abordé a preguntas, pero no pude ir a Barcelona a verlos en vivo. Seguí especialmente el atletismo, sobre todo la altura, con Sotomayor, Stefka Kostandinova…a los que veía desde que era un mico”.

Por su parte, la nadadora de sincro  Gemma Mengual vivió aún más de cerca la cita barcelonesa: “En Barcelona 92 estuve de voluntaria, a pie de piscina de sincro. Tenía 14 años. Era cuando las puntuaciones salían por un ordenador, pero como era todo muy nuevo, se pasaban también a un papel y yo los recogía todos e iba a la mesa y los daba. Me hizo mucha ilusión porque lo vi todo en directo”.

A otro que le viene de familia es al ex gimnasta Jesús Carballo, que tuvo una brillante participación en Atlanta 96: “Mi padre fue a diez Juegos Olímpicos como entrenador, así que desde que soy pequeño recuerdo a mi padre yendo a competir a los Juegos, trayéndome cosas de las Olimpiadas. Como que he vivido con esa filosofía en casa. Lo anormal hubiera sido que tanto yo como mi hermano Manuel -que también ha ido a los JJ.OO.- y toda la familia en general, no hubiéramos tenido muy presente los Juegos”.

Finalizamos con la plata de Atena en volley-playa, Javier Bosma, que transmite pasión por todo lo olímpico al hablar: “Siempre me ha apasionado mucho el atletismo; el ver la final de los 100 metros lisos, los 1.500, la maratón…Creo que el atletismo es posiblemente el deporte más representativo de los Juegos Olímpicos. De hecho los Juegos empezaron así. De mi deporte recuerdo particularmente a Karch Kiraly, uno de los mejores jugadores del siglo pasado del voleibol y el vóley playa, de hecho tiente tres medallas olímpicas de oro, ha sido campeón del mundo en pista, en playa, lo ha conseguido todo. Ese jugador ha sido un ídolo para mí, desde muy joven. Tuve la oportunidad de conocerlo, de jugar contra él, de hablar con él. Incluso él me entrevistó en Atenas cuando trabajaba para la televisión y la verdad es que la imagen que se me queda es la de un jugador representativo”.