Camino a Río

MOURAD LAACHRAOUI, EL HERMANO DEL TERRORISTA QUE SUEÑA CON LA OLIMPIADA DE RÍO

Mourad Laachraoui es un deportista de élite con el sueño olímpico en su mente y en su corazón. Vive por y para su deporte, el taekwondo, con la mira puesta en los que seguramente serán sus primeros Juegos Olímpicos, los de Río y para todo lo que venga detrás de ellos. Sin embargo no se habla en la prensa de sus triunfos ni de sus aspiraciones, sino de que le tocó nacer en una familia con un hermano que ha causado el terror en Europa. Najim Laachraoui, implicado en los atentados de París de noviembre de 2015, cometió otro aún más radical: mató meses más tarde –en marzo de 2016- en el aeropuerto Bruselas a decenas de personas suicidándose en dicho acto mediante un cinturón explosivo.

Mourad está apenado y avergonzado por el hecho, pero se quiere desligar completamente de la barbarie realizada por su hermano. Se vio obligado, ante el acoso de los medios, a realizar una rueda de prensa en la que dejó claro que su vida era muy diferente de la de su hermano terrorista. “Uno no elige la familia”, contestó lacónicamente. Mourad es el ejemplo vivo de que la consanguinidad no limita las capacidades. El taekwondista, de nacionalidad belga y origen marroquí, tiene 21 años. Empezó con diez a practicar su deporte de una manera indirecta, al aficionarse su padre a las películas de artes marciales. El padre hizo lo que muchos otros: en lugar de ponerse él mismo a realizar la actividad de sus sueños apuntó a su hijo a un gimnasio, aunque en vez de kárate fuera el taekwondo la especialidad finalmente elegida. Hizo bien, porque Mourad tenía suficientes cualidades como ir despuntando hasta llegar a la selección belga, a la que ha representado ya en un par de Mundiales.

Su primer gran logro tuvo lugar en la Universiada del año pasado celebrada en Gwanju. Allí ganó una plata en la categoría de -54 kilos, medalla que ha sido no solo refrendada sino mejorada en el Europeo del año olímpico que se disputó en Montreux. Cuando lo hizo ya había tenido lugar el acto terrorista que, sin quererlo, marcará de por vida a este deportista aspirante a medalla olímpica. Mourad es consciente de ello, por mucho que se empeñe en ir alcanzando sus objetivos deportivos.

Los hermanos Laachraoui llegaron a practicar taekwondo juntos de niños, pero Najim con los años se radicalizó. Esto sucedió al parecer durante un viaje a Siria que realizó en 2013. La familia dejó de verle y prácticamente de hablar con él. Mourad y Najim separaron totalmente sus vidas.

Mourad es tranquilo y risueño, dicen los que le conocen. Un competidor que respeta a su oponente. Quizás por eso su rival en el Europeo, el español Jesús Tortosa, afirmara que le alegró que le ganara en la final justamente él, sabiendo los malos momentos por los que estaba pasando el belga. Una participación olímpica en Río –y no digamos una medalla- quitaría algo de sinsabor a este fatídico año para la familia Laachraoui.

Mourad-Laachraoui

Dejar una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *