ANASTASIYA KUZMINA Y ANTON SHIPULIN: HERMANOS DANDO OROS OLÍMPICOS A DISTINTOS PAÍSES
Vladimir y Alla Shipulin eran dos deportistas profesionales, concretamente en esquí nórdico y biatlón. Tuvieron dos hijos: Antón y Anastasiya, a los que se les dio aún mejor el deporte, llegando ambos a ser medallistas olímpicos. No son los primeros hermanos deportistas de élite con éxitos olímpicos, pero se da la circunstancia de que Antón compite por Rusia, mientras que su hermana lo hace por Eslovaquia. Y no porque se casara con un eslovaco, pues lo hizo con el israelí Daniel Kuzmin, que también se dedicaba a los deportes de invierno.
La historia de Anastasiya tiene su miga: Daniel y Anastasiya se casaron y mudaron a Eslovaquia en 2007. Daniel, esquiador de fondo, ya trabajaba como entrenador en Eslovaquia. Kuzmin había competido por Israel en esquí de fondo, pero no pudo clasificarse para los Juegos Olímpicos de Vancouver 2010. Al año de casarse nació su primer hijo. Ese mismo año -2008- Anastasiya renunció a su nacionalidad rusa por una razón difícil de imaginar a priori: porque no le permitieron llevar a su hijo recién nacido a los campamentos de entrenamiento. Así que se convirtió en eslovaca, país donde ya vivía –concretamente en la localidad de Banská Bystrica- y donde su marido se dedicaba a entrenar (convirtiéndose, de hecho, en el entrenador personal de su cónyuge). Eso sí, aunque su pasaporte sea eslovaco Anastasiya ha declarado públicamente sentirse rusa y, cuando compite en Rusia, se siente “como en casa”.
Eslovaquia ha acogido a Kuzmina con los brazos abiertos. Si la atleta ha proporcionado al pequeño país centroeuropeo tres medallas olímpicas (dos oros y una plata) y dos mundiales –amén de incontables triunfos en Europeos y pruebas de la Copa del Mundo-, esta nación la ha correspondido con el título de “Deportista del año 2014”, así como proporcionándole un piso tras su primer oro olímpico, el de la prueba del sprint de Vancouver. Piso, que por cierto, le ha producido más de un problema a la campeona, ya que al no cumplir con el requisito de anunciar durante cinco años la marca de inversores que realmente es dueña de la vivienda ésta demandó a Kuzmina por 20.000 euros. Su marido anunció que convertiría el asunto en un escándalo al llevarlo a las redes sociales y, de esta manera, airearlo a los cuatro vientos. Kuzmin quería resaltar el embarazo que podría proporcionar para Eslovaquia desalojar a una doble campeona olímpica de su casa. Está claro que los deportes minoritarios no pueden proporcionar la debida estabilidad económica a sus campeones, por muy ídolos olímpicos que sean.
Lo que está fuera de toda duda es que Anastasiya se ha convertido en todo un símbolo para los eslovacos, pues les dio su primer oro olímpico en Juegos de Invierno tras su independencia. Lo paradójico es que compite paralelamente con su hermano Antón, el cual también proporciona medallas, pero para otro país. Los hermanos Shipulin cruzan sus destinos en las grandes citas. En Vancouver ella ganó un oro y una plata, mientras que Antón “sólo” obtendría el bronce, en su caso en los relevos. En Sochi, patria originaria de ambos, Antón ya conseguiría el oro, mientras que su hermana repetiría el suyo de la prueba corta de los 7.5 kms. Si Anastasiya siguiera siendo rusa podría compartir medalla en una misma prueba con su hermano, tras la incorporación del relevo mixto en el biatlón. Sería sin duda muy potente el equipo que albergara a ambos hermanos. Los Juegos de Sochi estuvieron particularmente plagados de casos de hermanos -medallistas o no-, como los gemelos holandeses Mulder, las tres hermanas canadienses Dufoir-Lapointe, de todos los cuales nos ocupamos ya en estas páginas, así como de otros muchos que dan para otro artículo, pero ser medallistas en la misma prueba siendo de distinto género sería con casi toda probabilidad algo insólito, como inusual a todas luces es serlo perteneciendo a países distintos, como el caso que nos ocupa.
