JASON QUEALLY: ESPÍRITU COMPETITIVO A PRUEBA DE BOMBA
Estaba claro que Jason Queally estaba hecho para el deporte de competición. Desde su niñez se dedicó al waterpolo, natación y triatlón, modalidad a la que consideró seriamente dedicarse, decantándose finalmente por el que se convertiría en su deporte definitivo, el ciclismo en pista, solo cuando ya había alcanzado los 25 años, en 1996. Pero los éxitos en este deporte pronto llegaron, destacando sus medallas olímpicas en Sidney 2000: un oro en la carrera del kilómetro y una plata en la prueba de persecución por equipos.
Sin embargo, el ciclismo también casi le arrebata la vida en un accidente. Inadvertidamente chocó contra dos rivales, cayendo a la pista de madera de Meadowbank, en Edimburgo, de tal manera que una delgada placa de madera de las que componen la pista se clavó en su espalda. Medía más de 45 centímetros; de haber tenido un par de centímetros más muy probablemente no habría sobrevivido. Los años de práctica del waterpolo puede que le salvaran la vida, pues los músculos que había desarrollado en esa parte de su cuerpo hicieron que la astilla no alcanzara órganos vitales que le habrían provocado la muerte. Durante dos horas los médicos le estuvieron quitando de su cuerpo el trozo de madera. El británico tuvo más suerte que el ciclista español Isaac Gálvez, quien sí perdió la vida en un velódromo de Gante.
El grave percance no alejó al ciclista inglés de la práctica profesional del deporte, pero desde entonces se pasó las pruebas de persecución en lugar de las de sprint, mucho más peligrosas éstas que aquéllas. Desde su accidente se sintió incapaz de competir dentro de grupos.
El espíritu olímpico corría por las venas de Jason. Tras su éxito en Sidney quiso acudir a los siguientes Juegos, a disputar en Atenas, pero no fue finalmente seleccionado para ellos y cuando tampoco se clasificó para los de Pekín realizó una primera retirada momentánea. Siguió entrenando, con la mira puesta en Londres 2012…esta vez en los Juegos Paralímpicos, ayudando al ciclista paralímpico en cuestión. Para ello durante un tiempo estuvo entrenando en la prueba de tándem con Anthony Kappes, pero al ser llamado por el equipo británico para ser de nuevo olímpico en Londres renunció a las Paralimpiadas. Sin embargo, no fue a la postre seleccionado, acabando ahí –por lo que parece- su segundo sueño olímpico. A pesar de su edad, Quealley ha vuelto con el equipo paralímpico de ciclismo.