BIRGIT SKARSTEIN: EL POSITIVISMO DE UNA ATLETA PARALÍMPICA
Birgit Skarstein era la típica joven activa y deportista. Practicaba escalada, esquí acuático y natación. También era una persona con inquietudes sociales y políticas. Tras acabar sus estudios secundarios decidió marcharse a Tailandia para trabajar en un orfanato. Allí fue donde esta joven noruega sufrió un accidente que cambiaría su vida. En realidad, el accidente en sí no la cambió, sino un error médico derivado de una operación a la que se tuvo que someter tras el accidente.
En principio Birgit sólo sufrió una lesión en un pie tras tirarse al agua. Requirió, eso sí, de varias operaciones. Estando en el hospital sufrió una infección bacteriana en la pierna, teniendo que ser sometida hasta a 16 operaciones. En la que iba a ser la última, la epidural que se le administró en la espalda afectó a la médula espinal, perdiendo progresivamente la sensibilidad en las piernas. Tres días después de la operación Skarstein ya tenía sus piernas completamente paralizadas.
Birgit no se vino abajo; antes al contrario: su vida dio un giro hacia la el deporte de élite. Comenzó tres años más tarde con el remo y desde entonces no ha dejado de ganar medallas en las grandes competiciones de este deporte. Su energía no se ha quedado en dicho deporte, pues también se dedica al esquí de fondo (sobre los esquíes va el atleta arrodillado en una especie de silla de ruedas), llegando a ser olímpica en Sochi.
Está dedicada a vivir la vida al máximo, en el deporte y en otras áreas. Ha estudiado Ciencias Políticas y es miembro activo de foros económicos e incluso del Consejo de Biotecnología. Está al cargo de una organización juvenil de jóvenes discapacitados, así como que es líder de organizaciones estudiantiles. No se queda quieta, ya que llega a viajar 180 días al año. Comparte asimismo sus conocimientos con los demás, dando charlas y educando a los niños.
Esta deportista es la positividad personificada. Para ella todo es posible; le encantan los desafíos. Los que la rodean afirman que Birgit encuentra siempre el lado positivo de las cosas. No es por lo tanto extraño que haya sido agasajada con cantidad de premios (Premio Ciudad de Oslo en 2013, Premio Melvin Jones por sus esfuerzos humanitarios, etc.) Aunque parezca mentira, también le afectó la polémica, cuando acudió a la Gala del Deporte de 2013 agarrada al balonmanista Kristian Kjellin…andando, en lugar de la silla de ruedas. Birgit usó en esa ocasión la más alta tecnología: un arnés robótico adosado a sus piernas que caminaba él solo. Ese paseo por la alfombra roja le costó críticas del colectivo de gente paralizada, que lo vio como un desprecio a la silla de ruedas. En cualquier caso no cabe duda de que esta atleta paralímpica no deja de ser un ejemplo en el rumbo que ha decidido tomar en su vida, pese a las circunstancias adversas.