FRANCIS OBIKWELU: “VOY A POR MIS SEXTOS JUEGOS OLÍMPICOS”
El atleta portugués de origen nigeriano Francis Obikwelu no tuvo una vida fácil antes de convertirse en el gran campeón que es ahora. Cuando era un atleta junior acudió a Lisboa para una competición y ya decidió quedarse allí por las condiciones de vida que tenía en su país. Sin embargo, sus primeros años en Portugal le hicieron dormir en una caseta al lado del Estadio Nacional mientras sobrevivía trabajando de albañil. Eso puede que forjara su fortaleza moral y marcara un futuro deportivo lleno de satisfacciones. Sin renegar de Nigeria, país por el que compitió y consiguió medallas, vio cómo su patria prácticamente le abandonó cuando se lesionó. Eso quizá le hizo nacionalizarse portugués, país para el que ha conseguido la mayoría de sus éxitos deportivos, siendo con diferencia el mayor de los mismos una plata olímpica que supo a gloria. Ocurrió en Atenas 2004, donde el norteamericano Justin Gatlin le superó por sólo una centésima de segundo. La plata de Obikwelu le supuso, además, superar el histórico récord europeo de Linford Christie de los 100 metros.
El atleta portugués charló con nosotros recordando esos buenos momentos vividos en Atenas: “Para mí mi mejor Olimpiada fue la de Atenas. Fue una experiencia tremenda porque nadie esperaba que yo pudiera llegar a la final y encima hacer podio. Nadie, nadie: solamente mi entrenador y yo mismo, que sabíamos que tenía la capacidad de llegar allí y hacer una sorpresa. Para mí fue lo mejor de toda mi vida como atleta”
Francis, que ha vivido la friolera de cinco Olimpiadas, mantiene que las de Atenas fueron para él las mejores: “La organización y el público de Atenas fueron impresionantes, también en China, pero Atenas fue tremenda. El público y la gente fueron muy amables, Personalmente los mejores Juegos que viví fueron los de Atenas”.
Obikwelu, que aspira en participar en Río en los que serían sus sextos Juegos – “Voy a ir a Río, como atleta. ¡Van a ser mis sextos JJOO! Ya soy un histórico”, afirma convencido-, tiene claro que los Juegos Olímpicos es lo mejor que le puede pasar a un deportista:“Para un atleta participar en una Olimpiada es algo tremendo en tu vida, ya que pasan cada cuatro años. Incluso aunque no llegues a la final. Simplemente con estar allí es algo tremendo”.
Aunque se resiste entre risas a contarnos esas historias tan secretas que viven los deportistas en su paso por la villa olímpica – “Mi vida en la Villa olímpica casi se limitaba a preparar mis pruebas y dormir, aunque siempre te pasan cosas durante los Juegos, que mejor me guardo para mí y no contaré nunca”- destaca el peculiar y único ambiente que se vive allí: “El ambiente es más especial que en cualquier otra competición porque estamos juntos deportistas de todo el mundo, es algo planetario. Hay todo tipo de lenguas, culturas, tradiciones, todo tipo de comidas…” y destaca el trato personal con otros atletas: “Allí pude convivir con otros deportistas de las que ya soy amigo: Justin Gatlin, Asafa Powell, son los mejores amigos que yo tengo en el circuito de atletismo”.
Con 36 años todavía tiene ilusión por acudir a una Olimpiada más, aunque ahora vaya encarrilando su futuro profesional hacia otros campos: “Yo ya gané todo. Ya tengo 36 años. He cumplido todos mis sueños: campeón de Europa, récord europeo, etc. Ahora me toca entrenar a atletas jóvenes; es una labor para mí importantísima. Aprenden muchas cosas conmigo porque yo tengo mucha calidad como entrenador”.
Obikwelu, que actualmente reside en España, se muestra satisfecho globalmente de una carrera que está a punto de culminar con una guinda que sería perfecta: sus sextos Juegos Olímpicos: “Estoy contento porque soy un atleta que tengo mucha calidad y mucho talento. Vine aquí a España a entrenar con Manuel Pascua Piqueras, que es un entrenador que entrena bien, con la cabeza. Él y su equipo entendieron que tenía capacidad para ser un campeón olímpico y hacer récord de Europa”. Francis Obikwelu representa al deportista olímpico por excelencia y es un ejemplo para cualquier atleta por su gran capacidad de sacrificio.