MUSEOS OLÍMPICOS Parte 3
Continuamos con nuestro recorrido por museos olímpicos de todo el mundo y lo hacemos en el continente asiático. El primer museo olímpico que se inauguró en el país más populoso del mundo se localizó en la localidad de Xiamen, al sureste de China, el año anterior de la celebración de los Juegos Olímpicos de 2008 en la capital del país. Empezó con una colección de unas 500 piezas y ahora exhibe en exposiciones temporales memorabilia de los más recientes Juegos, como son los de Sochi y los de Londres. La mayoría de los fondos del museo provienen del presidente de la Federación Internacional de Boxeo, el chino Ching-Kuo Wu. El hall de entrada muestra una arquitectura diáfana que da paso a una amplia sección dedicada a la antigüedad griega, donde una escultura de una joven enciende el fuego de Olimpia. No falta un homenaje al barón de Coubertin, así como las ya imprescindibles salas multimedia. La arquitectura del edificio presenta cuatro pasillos de cristal que conectan cuatro salas.
Seguimos en China. Tras los Juegos de 2008 también Pekín quiso tener su museo. El concepto que se quiere expresar es la celebración de los tres temas imperante en aquellos Juegos: el medio ambiente, la ciencia y la tecnología, así como el progreso de China en los JJ.OO. desde su primera aparición olímpica en 1932. El museo no se inauguró hasta 2011 y lo hizo muy cerca del llamado “Nido del pájaro”: aquel espectacular estadio olímpico. Espectacular también es en el museo una serie de atletas metálicos que cuelgan del techo representando todos los deportes olímpicos. Es más una celebración del deporte chino que otra cosa, pero se trata de un poderoso país en el ámbito olímpico.
Regresamos al Viejo Continente para detenernos en el museo olímpico de Colonia. En él se presentan los logros obtenidos por Alemania. No es particularmente grande pero sí adecuado para los niños. Incluye algo que puede considerarse todo un lujo: poder practicar deportes en su tejado con vistas a la catedral de Colonia. Aunque se quiso inaugurar tras los Juegos de Múnich 72 no fue hasta 1999 cuando se materializó este museo. El lema del museo es la interactividad, pudiendo sentarse en un bobsleigh, subir a un ring de boxeo o experimentar sobre una bicicleta el túnel del viento.