LOS AUTÉNTICOS HERMANOS SCHULTZ, DE ACTUALIDAD POR EL FILM “FOXCATCHER”

Los hermanos Dave y Mark Schultz son más conocidos para su desgracia por hechos que nada tienen que ver con su oro conjunto en Los Ángeles 84 con el equipo estadounidense de lucha libre o por haber entrado en la historia del deporte por haber sido los únicos hermanos en ganar juntos un Mundial y unos Juegos Olímpicos. También entraron en los anales del deporte por ser los hermanos de EE.UU. con mejor bagaje de campeonatos en conjunto. Todos esos logros, quizá por tratarse de un deporte minoritario, prácticamente sólo salieron en la luz en dos momentos críticos de sus vidas: el asesinato de Dave de manos del millonario filántropo que costeaba su entrenamiento y la reciente película sobre todo ello que incluye varias nominaciones a los Oscar, “Foxcatcher” (nombre del equipo de lucha libre que fundó John Du Pont, el excéntrico y megalómano patrocinador de los hermanos y de tantos otros luchadores).

Los Schultz, de orígenes humildes, se tenían solo uno al otro para apoyarse. Competían juntos en lucha libre, llegando al momento más álgido de su carrera en los Juegos disputados en su propio país, en que ambos fueron oro compitiendo por equipos. A partir de ahí parecía que Dave iba a tener recorrido más largo en competición, no únicamente como luchador, sino también como entrenador. Entre otros luchadores, entrenó al también campeón olímpico Kurt Angle.

Pero en el camino de Dave se cruzó un aciago día de 1996 John Du Pont y, de improviso, lo mató a tiros. Los celos, la envidia, los deseos del millonario de ponerse a una altura profesional de Dave Schultz imposible de alcanzar, transtornos mentales del asesino, lo que fuera, dio al traste con la vida y el futuro profesional de Dave, que se preparaba ya para los Juegos de Atlanta. Una veintena de sus pupilos quedó in albis pocos meses antes de la Olimpiada. Fueron tomados de la mano por su viuda, que se empeñó en que llegaran a las mejores condiciones posibles a la cita olímpica. Tuvieron que abandonar el recinto de Foxcatcher, propiedad de Du Pont, donde entrenaba el mismísimo equipo olímpico estadounidense en pleno subvencionados por el mecenas. Varios de esos luchadores conseguirían medallas olímpicas en Atlanta.

El hermano menor, Mark, confesó que planeó seriamente asesinar a Du Pont, que le había sacado en su día de una situación desesperada y a la que había accedido con muchas reticencias. Las excentricidades y exigencias del perturbado millonario provocaron un odio en Mark, que ya en 1989 -siete años antes de la tragedia- no se limitó a fantasear con asesinarle, sino que llegó a vender todas sus posesiones y esperó a Du Pont durmiendo en su coche hasta que aquél saliera para matarle. Nunca lo llevó a cabo.

Mark, después del luctuoso suceso acaecido a su hermano, giró el timón en su carrera profesional y se pasó a las artes marciales, entrando en el libro Guiness de los Récords como el luchador estadounidense con más títulos.

Mark llegó a publicar varios libros sobre sus experiencias en el campamento de entrenamiento Foxcatcher. Los escritos dieron vueltas por Hollywood hasta que se materializaron en la película de la que, tras haber sido productor ejecutivo y gran entusiasta, ahora reniega abiertamente. Tan abiertamente que sus quejas públicas en las redes sociales le han convertido en el mayor enemigo del film. Sus insultos contra la película en las redes sociales contrastan con su labor como inspirador “entrenador de la vida”, dedicado a dar discursos que sirven de lecciones de vida para jóvenes. El que fuera considerado como el “deportista del año 1987” por la revista Olympian Magazine y nominado al Premio Sullivan al mejor atleta olímpico de Estados Unidos anda peleado ahora con el mundo de Hollywood.