PAUL DE LE RUE: AMBICIÓN POR LA MEDALLA
Definitivamente, los deportistas están hechos de otra pasta. Y los locos del snowboard puede que con más razón. No se explica de otra manera cómo uno puede estar al borde de la muerte por un grave accidente y competir en unos Juegos Olímpicos a las dos semanas quedando a los pies del podio. Ese es el caso del francés Paul de Le Rue.
Paul se unió a un club de esquí a una edad temprana y ya con ocho años descubrió el deporte donde alcanzaría más tarde tantos éxitos, siendo su punto culminante la medalla de bronce olímpica de Turín 2006. A ella hay que sumar numerosas medallas de la Copa del Mundo, Copa de Europa, etc.
Pero el hecho más destacable de De le Rue no vino acompañado de medalla. Sucedió en Sochi. O, mejor decir, sucedió un par de semanas antes, en Andorra. El 12 de enero de 2014 participaba en una prueba de la Copa del Mundo en el pequeño país pirenaico, cuando chocó contra otro “snowboarder”, en este caso italiano. Las lesiones fueron gravísimas, llegando a quedar inconsciente y a dañarse seriamente sus pulmones. Trasladado a un hospital de Toulusse tuvo que ser inducido al coma. De la Rue estaba francamente mal, se llegó a temer por su vida. Los daños parecían severos. Al día siguiente sólo recordaba su nombre.
¿Quién podría pensar que participaría en la prueba de cross de Sochi tan solo dos semanas más tarde? No sólo eso, sino que lo hizo en unas condiciones casi óptimas que le permitieron incluso luchar por la medalla, aunque finalmente sólo ganara la “medalla de madera”, es decir: el cuarto puesto, el peor posible. No obstante, sin ganar una medalla, llamó la atención del mundo entero y supuso un ejemplo de superación y constancia…y probablemente también de osadía mezclado con locura, esa que les sobra a los practicantes de este deporte. Está claro, a los deportistas las caídas no les duelen tanto como a los comunes mortales.