EL OBSOLETO PENTATLÓN MODERNO
El pentatlón moderno no es tan moderno. Su origen se remonta a una idea que tuvo el Barón de Coubertin, quien quiso “actualizar” el pentatlón de la antigüedad, el cual constaba de una carrera de un estadio, lucha, salto de longitud con halteras, lanzamiento de jabalina y de disco. Estas pruebas nos recuerdan más al actual decatlón o heptatlón (según sea masculino o femenino) exclusivos del atletismo. Pero el inventor de los JJ.OO. quería reunir en una serie de pruebas las competencias básicas que debía poseer un oficial de enlace del siglo XIX tras las líneas enemigas: montar a caballo, defenderse con su espada, con pistola, escapar a nado y correr campo a través. Es decir: muy moderno no es en pleno siglo XXI.
Por su carácter obsoleto pero, sobre todo, por las dificultades de su realización y de competición, así como de su alto coste, el COI se planteó seriamente borrarlo de un calendario olímpico en el que no faltaba desde los Juegos de Estocolmo de 1912. En 2013 su continuidad peligró, pero al final eligieron continuar con este deporte. La excusa para mantener el costoso pentatlón moderno fue la de continuar con el legado del creador de los Juegos. Eso fue lo que más pesó. Esgrimieron como argumento que “el movimiento olímpico siempre necesita de historia y no hay que mirar únicamente al futuro (referido a la inclusión como olímpicos de deportes “modernos” como el snowboard)”.
Por si alguien no sabe en qué consiste este deporte –no me extrañaría dado que su popularidad es casi nula- hay que decir que combina tiro con pistola (se insertó en la prueba de carrera campo a través a partir de 2009 en un intento de agilizar esta prueba), una serie complicada de asaltos en esgrima, 200 metros de estilo libre en natación (también se acortó esta prueba recientemente), salto ecuestre y carrera campo a través de 3000 metros (igualmente se ha reducido la longitud de esta prueba). El sistema de puntuación es muy complejo y no viene al caso explicarlo. Hay tanto modalidad femenina como masculina.
El caso es que si este deporte peligraba de seguir formando parte del calendario olímpico era por varias causas; siguiendo los criterios del COI para considerar la exclusión de un deporte se tomaron en cuenta los siguientes factores, cuyos requisitos no cumplía el pentatlón moderno:
Audiencias televisivas, venta de entradas, política antidopaje, participación global y popularidad. Este deporte es caro en su ejecución y organización. Requiere de mucho tiempo en su actividad y diferentes y caras instalaciones. Pocos países cuentan con las posibilidades de realizarlo. Carece de tradición en ningún país ¿En serio alguien conoce a alguien que practique este deporte? ¿Alguien recuerda el nombre de algún campeón de pentatlón moderno? Está claro que pesó más el sentimentalismo en la decisión final del COI. Se trata de un deporte de difícil comprensión por su complejo sistema de puntuación. Hasta la prueba final resulta incluso aburrido.
Durante las recientes ediciones olímpicas se han introducido modificaciones para agilizar este deporte: desde los Juegos de Atlanta 96 pasó a celebrarse a un día en lugar de los cinco anteriores; a partir de los de Londres 2012 se unieron las pruebas atléticas y las de tiro en una misma, combinada; desde Tokio 2020 todas las pruebas se harán en un mismo espacio y se ha propuesto -a falta de la aprobación final del COI- en reducirlo a 90 minutos a partir de los Juegos de París 2024: 20 minutos de saltos de hípica, 15 de esgrima, 10 de natación y 15 de carrera combinada. También se ha “modernizado” introduciendo la modalidad de tiro con pistola laser.