IAN THORPE: LA CAÍDA DE UN GRANDE
La trayectoria personal y profesional de algunos campeones olímpicos da para un libro. Ian Thorpe ya tiene el suyo desde hace un tiempo. A él habrá de añadir un par de capítulos desagradables muy aireados por la Prensa estos días. Si hace unas semanas nos topamos con la noticia de que el multimedallista olímpico deambulaba desorientado por la calle, de madrugada, cuando se encontraba en plena rehabilitación por depresión y alcoholismo ahora las noticias que nos llegan del héroe nacional australiano son aún más graves, pues se encuentra hospitalizado grave luchando contra una severa infección que le podría causar la inmovilidad del brazo izquierdo. ¿Qué ha pasado para que aquél que fuera un sanote y enorme bebé acabara -de momento- de esta forma?
Ian odiaba el deporte de niño, pero venía de una familia eminentemente deportista (padre líder de la selección australiana de cricket y madre jugadora de netball, deporte parecido al baloncesto). Pero Ian se sentía torpón. Sólo al acompañar a su hermana a la piscina para rehabilitarse de una lesión le animó a meterse en el agua, aunque pese a sus capacidades naturales debido a su corpulencia fue relegado por una…alergia al cloro. El chico prometía pero luego quedaba muy atrás en los campeonatos nacionales de las distintas categorías.
Así, hasta que cuando iba a hacer su debut internacional en los Mundiales de Fukuoka, con tan solo 14 años, tuvo que ser operado de apendicitis. Ello le obligó a parar dos semanas su entrenamiento pero no renunció al Mundial. Fukuoka supuso el pistoletazo de salida a una brillante carrera. La marca que realizó en los 400 metros estilo libre le habría proporcionado la plata en los Juegos de Atlanta disputados un año antes.
Resultaría muy largo comentar aquí todos sus brillantes éxitos deportivos que se iniciaron en Fukuoka. Sí hay que destacar que es considerado el mejor nadador australiano de todos los tiempos, hecho más que meritorio en un país que se dedica en cuerpo y alma a este que para él es el deporte rey. El Torpedo, como es apodado Ian, es el rey entre los reyes en las Antípodas. Atesora nueve medallas olímpicas (cinco de ellas oros) y si no ha conseguido más ha sido porque su devenir profesional se paró abruptamente en 2006, siendo Atenas los últimos Juegos que disputara, a la temprana edad de 22 años, aduciendo falta de motivación.
Las cosas desde ese momento empezaron a torcerse para el ídolo de millones de seguidores de este deporte. En 2007 se insinuó que su sangre contenía un alto nivel de testosterona. Sin embargo, Thorpe quiso volver a ser el que era y anunció que regresaría para Londres 2012.
Al no poder clasificarse para dichos Juegos el joven entró en depresión, lo que le hizo entrar en una espiral que se conoce públicamente estos días.
Haber batido 13 récords mundiales, ser la única persona que gana seis oros en un único Campeonato Mundial de Natación, ser admirado por su filantropía (Ian empezó a apoyar la causa por los enfermos de cáncer tras la muerte del cuñado de su hermana debido a esta enfermedad), haber ganado una pila de medallas, toda esa gloria y admiración no le han servido a Ian Thorpe a escapar de las penurias humanas. Los héroes pueden caer pero Thorpe también pueden levantarse con esa envergadura que caracterizaban sus brazadas.